Imagen cedida por eltornillodeklaus.com
Me di cuenta recientemente de
que, al contrario de lo que pueda parecer, es muy fácil librarse del conjunto
de pesadas y artificiales relaciones que engendran las redes sociales. Me
refiero a aquellas numerosas correspondencias que mantenemos "por si acaso" con
personas a las que posiblemente no volveremos a ver, y que en muchos casos ni
siquiera queremos volver a ver. Estas convencionalidades se convierten
frecuentemente en una verdadera carga, donde nos vemos casi forzados a escribir
de vez en cuando alguna trivialidad a estos tipos y tipas para demostrar que no
les hemos olvidado. Si quieres acabar con esta carga, es recomendable
hacer lo siguiente.
Borra todos tus perfiles de todos los sitios
web posibles y desinstala el WhatsApp del
móvil; dejarás de existir en la vida de mucha gente (no de quienes son
verdaderamente tus amigos) y, de hecho, más de uno pensará que finalmente llegó el final trágico que merecías. Incluso es
posible que empiece a circular algún rumor extravagante sobre tu prematura
muerte. Pasarás a ser un “zombie”, una persona muerta en la sociedad virtual,
pero que sin embargo seguirá dando tumbos por la real. Piénsalo. Si ahora mismo
desaparecieras de la red, ¿no perderías la comunicación con muchos de tus
contactos? Quizás más de los que creías. Y aunque sea duro, acéptalo, a casi
ninguno le importaría lo más mínimo. Muchas “amistades” penden hoy día del fino
hilo de la red, quizás no tenemos tantas como creíamos, o al menos no
tan buenas. Las relaciones no están consolidadas en la realidad, es decir, no
comparten lugares comunes o actividades mutuas, somos en muchas ocasiones
simples personas que se mantienen en contacto gracias a las nuevas tecnologías
y que deciden verse de vez en cuando. A veces es inevitable pensar que mantener
el contacto con antiguos compañeros de colegio con los que nunca tuviste
relación alguna es alargar forzosamente una realidad que ya está muerta, y darle una triste prórroga a una simpatía que
nunca existió. Es por esto que los verdaderos “zombies” son aquellos que
intentan prolongar algo que tuvo que
haber acabado hace tiempo.
Ángel Plasencia Martínez
Jajaja, una entrada muy original, sin duda. Efectivamente, muchos de nuestros contactos, están "muertos" para nosotros, al igual que nosotros para ellos. Sin embargo, a mi me parece bonito ver crecer en las redes sociales a gente con la que he compartido muchos años de mi vida. Por lo que aunque no me hable con muchos de ellos, no me parecería bien dejar de verles.
ResponderEliminarTambién están esos seguidores que no te importan, ahí tienes razón.
Tampoco vendrían mal unos días de desconexión total.
Siempre me han gustado los zombies.
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